junio 04, 2018 2 Tiempo de lectura

La silla es uno de los elementos de la oficina más importante. ¿Sabes cómo debe ser para que no dañe tu espalda?

La silla es uno de los elementos de la oficina más importantes: nos fuerza a mantener una postura correcta.

 

Una buena silla nos hace tener una postura acertada y  que la circulación sea adecuada. Por eso, es muy importante que respete las curvaturas normales de la espalda y se adapte a la persona.

 

1- La silla debe adaptarse a su usuario

La silla debe ser totalmente regulable: que permita la regulación de altura del asiento, del respaldo (para que permita un apoyo lumbar correcto) y de los reposabrazos. Además debe permitir la movilidad y el giro. La altura del asiento tiene que permitir el apoyo de los pies en el suelo, sin apreciar una presión excesiva en la parte inferior de los muslos, cerca de las rodillas.

 

2- El respaldo debe garantizar que la espalda se apoye correctamente

El respaldo debe posibilitar que adoptemos una posición erguida, ayudando a que apoyemos el tronco en su totalidad y sumamente importante, también, es que apoyemos el área lumbar.  Por otra parte, el respaldo no debe ser demasiado ancho en su parte superior para que no reste movilidad a los brazos. Debe disponer de cierta curvatura, visto lateralmente, para adaptarse a la forma de la espalda.Se recomienda, asimismo, la posibilidad de regular en altura el respaldo o, en su defecto, la regulación del área más saliente de la curvatura lumbar del respaldo, de modo que la altura del apoyo lumbar varíe entre un rango de al menos 6 cm.

 

3- Profundidad del asiento

La regulación de profundidad de asiento es importante para que personas de distinta estatura se apoyen cómodamente en el respaldo.

 

4- La silla debe ser segura

Las sillas de trabajo deben ser giratorias y sus bases han de estar dotadas de 5 radios para evitar su vuelco. No debe suponer riesgo en ninguna de las posturas “límite” que pueda adoptar el usuario: desde la posición de sentado en el borde delantero del asiento, con el cuerpo inclinado hacia delante, hasta la posición de máxima inclinación hacia atrás del respaldo.

5- La silla debe posibilitar una posición sentada dinámica

Debe adaptarse a los movimientos del usuario.

 

6- Los reposabrazos deben ser regulables

Los reposabrazos son convenientes para dar apoyo y descanso a los brazos y antebrazos; un buen apoyo reducirá la sensación de fatiga en el área cervical. Su longitud debe ser algo menor que la del asiento para que no nos impida acercar la silla a la mesa. Además, deben ser gruesos y no deben tener bordes agudos. Es muy interesante que la anchura del brazo sea también regulable y que los brazos puedan girar para que el usuario pueda colocarse en distintas posiciones y le sea más fácil realizar cualquier actividad cómodamente.

 

7- Asiento mullido

No ha de ser excesivamente blando. Los bordes delanteros han de disponer de una curvatura adecuada para no oprimir la pierna por su parte inferior y no obstaculizar la circulación de la sangre.


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